Supercargador totalmente refrigerado por líquido

La afirmación "5 minutos de carga para una autonomía de 300 kilómetros" ya es una realidad, lo que parece resolver el problema de la "carga lenta" en los vehículos eléctricos. La tecnología de carga rápida refrigerada por líquido, como solución novedosa a los retos de la recarga de vehículos eléctricos, ha surgido como un punto focal en la industria. La carga rápida refrigerada por líquido emplea un sistema de refrigeración que utiliza placas refrigeradas por líquido en la sección de la batería e incluye un canal de circulación de líquido entre los cables y la pistola de carga. Dentro de este canal, se introduce un fluido refrigerante para disipar el calor de forma eficiente. Este líquido refrigerante circula por una bomba de potencia, eliminando eficazmente el calor generado durante el proceso de carga.

Un diseño totalmente refrigerado por líquido ofrece una disipación térmica superior, reduce los niveles de ruido y prolonga la vida útil del equipo hasta 10-20 años o más. El uso de estaciones de carga rápida logra una tasa de éxito de carga superior a 99%. La completa arquitectura de carga rápida refrigerada por líquido puede satisfacer los requisitos de carga de varios modelos de vehículos, lo que permite la carga in situ, el uso compartido de la energía y la máxima satisfacción de las necesidades de carga de los vehículos. En el futuro, permitirá integrar sin problemas la alimentación de CA y CC con el almacenamiento de energía, lo que facilitará la reducción inteligente de los picos de consumo, reducirá la necesidad de modificar la red y mejorará el uso eficiente de los recursos eléctricos.

El sistema de carga rápida totalmente refrigerado por líquido proporciona una mayor corriente de carga y velocidades de carga más rápidas. La corriente de salida de la estación de carga está limitada por el cable de la pistola de carga, que utiliza conductores de cobre para la conducción eléctrica. El calor generado en el cable es directamente proporcional al cuadrado de la corriente. Por lo tanto, con corrientes de carga más altas, el cable genera más calor. Para reducir el calentamiento del cable y evitar el sobrecalentamiento, es necesario aumentar la sección transversal de los conductores, lo que a su vez se traduce en un cable de pistola de carga más pesado. 

En la actualidad, la pistola de carga estándar nacional de 250 A suele emplear un cable de 80 mm², lo que hace que la pistola de carga sea relativamente pesada.

En el futuro, si se quiere realizar una carga de mayor corriente, se necesitará un sistema de baterías más integrado y un sistema de intercambiador de calor refrigerado por líquido y una pistola de carga refrigerada por líquido más eficientes en la fuente de carga.